A
partir de un articulo escrito por el Dr. José Vera Gómez y la Lic. Aurora
Bachem hace unos años, muchos padres fueron conscientes de que estaban
sufriendo de esa problemática en ese entonces todavía denominado SAP Síndrome
de Alienación Parental (hoy día preferentemente denominado trastorno de
alienación parental) y actualmente se encuentran unidos buscando una ley mas
justa que pueda proteger la indefectud de estos niños haciendo hincapié en la
importancia de la capacitación de profesionales multidisciplinarios
especializados para el peritaje y supervisión de los casos.
EL TRASTORNO que vincula al niño con su familia, tras una separación
controvertida ha existido desde siempre. En los últimos tiempos tratando de
darle un nombre a ese conjunto de manifestaciones y acontecimientos, Gardner un
psiquiatra americano lo llamo síndrome de alienación parental SAP. Esta
nominación causa mucha controversia ya que “síndrome” es un conjunto de
síntomas o signos que conforman un cuadro y aun no existe un consenso medico o
jurídico para nominarlo con avenencia consensual. Lo que si existe y se puede
agrupar es una serie de acontecimientos similares en muchos casos aunque no
existan estadísticas precisas como la que cita el Washington Post que sostiene
que el 90% de los casos de divorcio las madres reciben la custodia de sus hijos
y el 40% de esos niños no ven a sus padres durante el primer año después de la
separación. Existe un informe publicado en el INEP de Francia en enero de 1988
que alarmo a ese país; El 50% de los hijos de divorciados solo ven a sus padres
una vez por semana y el 19% pierde todo contacto con el.
Muchas parejas confunden al
divorciarse, la ruptura del lazo matrimonial con la ruptura del lazo parental a
tal punto que los consultorios de terapias familiares desbordan de historias de
aislamiento en divorcios de matrimonios con hijos, lo que implica una forma de
maltrato infantil muy sutil porque no se habla del tema y se naturaliza que al separarse los padres, los hijos también, siendo que cada separación tiene diferentes connotaciones y CONSECUENCIAS.
Mas allá del debate social o
resistencia a ponerle un título, hay una lamentable realidad con la que muchas
veces la crónica nos sacude y nos deja pasmados con casos de violencia domestica
e intrafamiliar donde el ser más indefenso, más vulnerable, resulta ser la inocente victima, como el reciente
abominable acontecimiento donde el padre Julio César González asesinó a su
propio hijo, Jesús Daniel Benítez (5), por despecho, porque la madre del
pequeño, Sonia Benítez, rehízo su vida con otra persona. Cuando se transgreden
estos límites impensables, nos queda la angustia de cómo designar lo
innombrable, nos preguntamos a quien responsabilizar. Como partes de una
sociedad todos somos responsables de alguna manera. Estos son casos extremos
que forman parte de una realidad, aquí o en cualquier lugar del mundo y el
motivo es que lo innombrado es marginado, escondido y se evade socialmente, se
hace “síntoma” sobre aquello de lo que no se habla, y tanto es de lo que no se
habló sobre este tema que ha llegado a convertirse en una verdadera epidemia
silenciosa en la que muchos niños están infectados hasta la sepsis emocional.
Muchas son las familias que tras un divorcio o separación contenciosa, llegan
al punto de quiebre donde, el hoy día denominado “trastorno de alienación
parental” aparece con toda su furia y violencia como el caso nombrado
anteriormente por ignorar sus signos y alarmas constantes.
Consideramos que si existen en el
país leyes que protejan a los mas vulnerables de la contienda conyugal, y
profesionales preparados para identificar cuando
es y cuando no es el caso en donde un progenitor aliena o “lava el cerebro”
al hijo para que odie al otro progenitor, o lo esté utilizando para hacer sufrir a su ex, estaremos por lo menos salvando nada
mas y nada menos que desde la vida misma del niño hasta sus Derechos básicos
como los del libre relacionamiento con sus padres y su salud psíquica y
emocional.
Sabemos que existen diferentes
niveles de maltrato infantil que están equiparados a situaciones de riesgo por lo que desde el
ámbito legislativo, jurídico y profesional habrá que tomar las medidas de
protección del o la menor destinadas a evitar tales situaciones. Un equipo
multidisciplinario e interdisciplinario especializado efectivamente en estas situaciones especificas, compuesto
por profesionales, son necesarios para el análisis de dicha problemática y
tomar decisiones más justas para el niño o la niña. En el caso arriba
mencionado, hubo negligencia porque se realizó una conciliación con la mediación de la abogada del caso, quien pese a
tener conocimiento del antecedente violento de González (padre) concretó dicho
proceso. Con eso, el filicida se escudó para regresar a la casa de su ex mujer y llevar al
niño para concretar el plan de venganza hacia su ex, según la fiscala Casse
Giménez. Esto nos muestra la subestimación de la situación y la falta de
dedicación e investigación del caso para conciliar lo irreconciliable, ya que el tenia medidas cautelares para llegar a la casa de su ex pareja por hechos de amenazas y violencia.
Existen muchos casos en donde se
da una connotación e interpretación muy errada a la finalidad de lo que se
intenta evitar y proteger en los casos donde se denuncia la alienación
parental, porque consideran una forma de apañar a los abusadores, ya que, por
ejemplo, si una madre evita el contacto con el padre porque éste es un
abusador, es claro que nadie puede abogar por este impedimento, es lógico. Pero
no todos los casos son semejantes, ni reales y es allí donde tienen que haber
profesionales altamente preparados para identificar el delicado tratamiento que
se le debe dar a los casos de separaciones contenciosas donde existen niños de
por medio y denuncias falsas para incinerar al progenitor que, muchas veces, son
utilizados como elemento extorsivo y de venganza. De todas formas, una ley que
apoye a los padres que no pueden ver a sus hijos por “capricho” o venganza de
sus ex parejas, es necesaria porque de lo contrario, una gran parte de los abusadores/as emocionales quedan impunes
bajo falsas denuncias.
Consideramos que casos extremos
se evitarían sin existen profesionales preparados y con conocimientos del
trastorno, ya que preparar al niño para que odie a su progenitor puede tener
varios motivos; manipuladores, extorsivos, vengativos, violentos. En el caso de
la protección frente a la posible alienación, lo que se busca es evitar que el
progenitor que tiene la tenencia restrinja las visitas y el relacionamiento con
su hijo por motivos de venganza o simple capricho o frustración porque la ex
pareja ya rehízo su vida o simplemente porque le quiere hacer sufrir evitándole
ver al hijo/a. Pero en casos en donde la ex pareja es violenta, donde hubo
abuso, amenazas de muerte, golpes, violencia verbal o física o de cualquier
tipo, por supuesto que no existe
ninguna ley o justificación que pueda permitir que un progenitor tenga contacto
o ningún tipo de relacionamiento con alguien así, eso NO defiende esta ni ninguna causa legal, y al contrario, agudiza la mirada a los posibles casos de maltrato y abuso
infantil verdaderos porque justamente lo que busca es LA AUTENTICIDAD y la
protección a los Derechos del niño y la niña.
Para que cada caso sea analizado
como merece y no con la negligencia del caso del menor asesinado, o miles de
casos donde el abuso de todo tipo es posible, es necesario dar a conocer a viva
voz que existen realidades distintas, en donde hay padres y madres que
necesitan desesperadamente relacionarse
con sus hijos y que este Derecho les es prohibido por parte del progenitor que
tiene la tenencia, por motivos sin sustento real y que en estos casos, existe
una violación de Derechos Humanos hacia el niño y el padre o la madre que no tienen la libertad de relacionarse normal y sanamente. Lo ideal es hacer un trabajo
interdisciplinario (psiquiatras, psicólogos, asistentes sociales, fiscales y
jueces de la Niñez y la adolescencia) para ver si las causas por las que se
prohíben el libre relacionamiento son reales o inventadas como resultado de la
alienación parental, que no es mas que programar al hijo para que odie a uno de
sus padres sin justificación alguna.
En la Era de la información en donde todo
sale a luz y en donde la verdad es lo unico que nos va a permitir llegar a ser
libres de todo tipo de injusticias, evitar que el secuestro emocional de los
niños corrompa sus inocentes espíritus y les provoque sentimientos ambivalentes
con aquellas figuras a las que debería de amar plena y libremente, hablar y
denunciar casos de alienación parental debería ser la principal aspiración de
toda sociedad que se jacte de pretender evolucionar humanizada y libremente. Aquí en
Paraguay estamos avanzando de mano de la organización de Padres Por Siempre (en
FB) y progresos en lo jurídico y legislativo con modificaciones de ley y apoyo
social de todo tipo en pos de los intereses superiores del niño y la niña.
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