La maternidad requiere de emociones antagónicas relacionadas con la
personalidad sutil y femenina de la mujer, y por otro lado de la fuerza y
decisión que la maternidad exige al momento de criar un ser humano. Las madres son mujeres que diluyen su poder personal tratando de adaptarse a
lo que la sociedad espera de ellas sobre el rol tradicional donde la dulzura y
el cuidado se idealizan en ella lejos del estrés y las vicisitudes de lo que
hoy en día implica ser madres.
Las emociones reales quedan en segundo plano y sin decaer deben sobrellevar
la difícil tarea de la educación de los chicos, el desarrollo profesional y
laboral y el cuidado del hogar y la pareja. Pero, el poder y el carácter que la maternidad ofrece a la mujer, es
innegable. La improvisación de sostener toda la vida, en principio del delicado
cuidado de un recién nacido y mas adelante el seguimiento constante de la
educación de los hijos, implica un despertar de la consciencia, un
reconocimiento de competencias innatas, desafiando suposiciones y temores sobre
ellas mismas que no tienen comparación a ninguna otra faceta de la vida de una
mujer.
La mujer de hoy día, madre, profesional y trabajadora, se encuentra con el
desafío de incluir asertivamente a las “múltiples mujeres” en una sola, con sus
características específicas y vivir equilibradamente con cada una de ellas.
Necesita la delicadeza de la madre, su instinto del cuidado e intuición. La
asertividad y claridad de la profesional, la capacidad de exponer con firmeza
sus deseos y sentimientos haciéndoles ver a los demás, con sinceridad y sin
miedos de herir u ofender cual es el comportamiento que espera de ellos, ya sea
de su pareja, sus hijos o subordinados.
La mujer como protagonista de la familia del siglo XXI sabe que para
realizar tremenda tarea es primordial tener en cuenta ciertas tácticas para
llevar adelante el hogar y la vida profesional.. Abogar por los derechos de ser
escuchada por su pareja y ser tratada de forma comprensiva y considerada,
construyendo así una pareja positiva y profunda involucrada con sus intereses y
preocupaciones cotidianas.
La capacidad de mantener en orden las “multifunciones” de la mujer de hoy
día, no es una labor imposible, basta con entender que bajo esa imagen sublime,
tierna y amable, las mujeres esconden en el corazón, el poder mas grande que
les fue entregado, el de dar vida y ser responsable de ella, el de darse en esa
infinita solidaridad, paciencia y comprensión de ser madres.
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